Los cambios abruptos en los mercados producto de la caída del consumo agregado, la pausa en la producción mundial de bienes y la baja en la liquidez de las empresas y gobiernos pone en una situación de estrés a miles de empresas que ven limitadas o aniquilada su rentabilidad. Es por ello importante analizar el macroentorno y crear posibles escenarios para entender el impacto negativo que podría implicar las medidas sanitarias.
Actualmente, ya han sido publicadas una serie de proyecciones oficiales por parte del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y los respectivos bancos centrales de muchos países del mundo. En donde se trata de cuantificar, en primera instancia, el impacto de la pandemia en la producción mundial de bienes y servicios. Para el caso de Costa Rica, se presenta como la caída más abrupta de la historia económica de los últimos cien años. A continuación, un resumen de las previsiones para fin de año:
2020 | 2021 | |
PIB a precios constantes | -3.6% | 2.3% |
Consumo de hogares | -0.6% | 1.4% |
Formación bruta de capital fijo | -0.5% | 0.7% |
Exportaciones | -5.3% | 1.6% |
Importaciones | -2.2% | 1.2% |
Según las proyecciones, se espera una caída importante de la producción para el año 2020 y una eventual recuperación económica para el 2021. Los supuestos de estas estimaciones se sustentan en:
- Medidas de contención local: cierre de fronteras, restricciones a operaciones de negocios, suspensión de actividades masivas y confinamiento temporal.
- Choques externos: disrupción en cadenas globales de producción y distribución, pérdida de ingresos (empresas, hogares y gobiernos), caída de precios de materias primas, reducciones en tasas de interés internacionales, volatilidad de mercados financieros y aumentos de primas de riesgo.
- Efectos en Costa Rica: contracción de actividad económica, reducción del empleo, caída en recaudación tributaria, afectaciones en el flujo de caja, deterioro de los términos de intercambio internacional y aumento de la mora crediticia.
En términos generales hay que tener en cuenta que estas son las primeras proyecciones, sin embargo, con forme pasen los meses se van a estar actualizando las estimaciones de cierre, ya que aún está a la espera de cómo seguirá la pandemia en la mayoría de los países del mundo. Es decir, se se vuelven a aplicar medidas de cierre y si el turismo sigue paralizado, los efectos en las empresas y familias aún pueden ser peores. Así como las provisiones para el 2021 pueden verse afectadas en cualquier momento, ya que aún existe mucha incertidumbre económica sobre los resultados del Covid-19.
Por otro lado, es de suma importancia que las Mipymes puedan realizar un ejercicio de prueba de estrés financiero con el fin de trazar hojas de ruta de posibles escenarios y afectaciones al flujo de caja. Para la realización de este análisis poner atención a:
- Repercusión en cuentas clave: que tanto se van a afectar las ventas, costos-gastos, adquisiciones de activos, capital de trabajo disponible y endeudamiento. Tratar de pensar en qué tanto se van a deteriorar estas cuentas en los próximos meses.
- Escenarios y riesgos: realizar escenarios desde lo más catastrófico a los más positivista, esto con el objetivo de contar con un abanico de posibles resultados y visualización de qué tantos meses debo seguir aguantando y cuál es el punto de inflexión donde la empresa ya no podría operar.
- Pérdida máxima esperada: determinar el punto de iliquidez, es decir, el momento cuando la empresa no tendrá fondos disponibles para hacer frente a sus obligaciones más inmediatas, además, identificar las posibles fuentes de financiamiento y apoyos gubernamentales para salir adelante en el 2021.
Finalmente, es de suma relevancia mantenerse al tanto de los apoyos financieros que están otorgando los bancos públicos, ya que recientemente se anunciaron una serie de medidas para apoyar con financiamientos a las Mipyme y darles el capital de trabajo necesario para que puedan sostener la crisis y que la recuperación sea más rápida. Pero antes de solicitar algún tipo de crédito debe primero tener muy claro la salud financiera de su empresa y qué tanto requiere para salir adelante.